martes, 6 de septiembre de 2016

Flores. Flores azules. flores malolientes
cayendo de las nubes agujereadas
como paredones de fusilamiento
pero que huelen a sangre de laurel y abejas.
¿A qué huelen las alas de las abejas?
A miel, flores ajenas, polen enamorado.
Huelen las abejas a prisa acumulada.
Y si las flores caen como lluvia de otoño
deben traer abejas en sus pétalos oscuros por la muerte
como labios de jóvenes más allá de los sueños.
Grande ha de ser la soledad del viento,
la soledad de las abejas cuando busquen la miel
y en la augusta distancia de la muerte liben,
de la boca de los caídos, el sueño irremediable.
Pero las flores caen, ahora y mañana
caerán todavía libres y siniestras
pudriéndose a montones solitarios.
Flores, grandes flores azules y rojizas
con los corazones anochecidos.


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