martes, 6 de septiembre de 2016

Alguien encuentra, alguien
el reposo del mundo.
Alguien, no importa ya su forma,
encuentra un sitio verde
donde dormir el lomo y el espíritu.

Así los perros de la calle entran en los pasillos
y encuentran los sitios que olvidamos
para dormir hasta que los alcance
el animo de otros que no quieren
que duerman en ajenos almohadones.

Alguien encuentra alguna forma vaga
para escapar al mundo con un sueño
y la practica impune mientras puede.

Y alguien busca siempre, alguien,
juzgar los crímenes ajenos.
Ninguna alma, siempre, está a salvo del viento.


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