domingo, 13 de septiembre de 2015

Indio muerto, blanco muerto, negro muerto, chino muerto.
Todos muertos y enterrados bajo el cinto que llamamos
el Canal de Panamá
que nos ciñe la cintura de la madre que ya nunca podremos conquistar.

América, nunca me dejes.
Te llevo en la memoria.
Tengo la sangre india, negra la cara, blanca la lengua.
Tengo la sangre india, negra la cara, blanca la lengua.

América, por cada muerto
tenemos la triste historia.
Nuestros Andes benditos son espinazo de la memoria,
que descarnada yace para que el viento guarde y profane.

Mejor reírse que andar contando.
Nunca se acaban nuestras desdichas.
Siempre tenemos un nuevo canto,
siempre decimos "no es para tanto."

Mejor reírse mientras podamos,
usted no sabe de lo que canto.
Para que contarle lo que ha pasado.
Afuera llueve y aquí en mi canto
ya suficiente es al decirle:
Estamos vivos, andando vamos.

América, que nombre nuestro.
Suena a bandera que de la guerra nos fue devuelta.
No la levantes, indio; no la desprecies, negro;
no te la olvides, blanco; siempre es inmensa, chino.

Que suerte inmensa, somos América.
Solo los Andes saben cuanto nos cuesta.

Mejor reírse que andar contando.
Aunque algún día los nuestros hijos
tendrán que darse por enterados:
No viven solo ni son contados.
Bajo las piedras duerme Atahualpa,
Caballo Loco, Pizarro, Pedro.
Bajo la selva duerme anaconda,
sobre las ramas yaguareté.
Junto al río el padre oso,
dentro del río se duerme el pez.
Y por encima vaga la garza.
Nunca decirles es suficiente,
siempre les falta tierra e historia.


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