jueves, 13 de agosto de 2015

No pude describirte nunca.
Nunca llegué al umbral donde vivías
para mirar tu caminar sin velos.
Estabas siempre lejos en la ciudad y el día
y más cerca llegaba más te ibas
a parajes incómodos donde no me admitías.

Apenas vi la Luna desde la ventana
cuando intuía que en tu distante torre iluminaba
aquel balcón abandonado al viento.


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