sábado, 29 de agosto de 2015

La tristeza, muchacho, es una rama verde
que solo retratamos cuando empieza a caerse.
La tristeza es el día que nos parece bello
y sin embargo va construyéndose,
por dentro de las horas, en futuras tormentas.

Hoy te ciega los ojos con su brillo de invierno
pero mañana iras a descubrir veranos
con esa risa franca que antes conocimos.

No todos los dolores son eternos,
ya vez como el lapacho florece en cada invierno.

La guerra es una lucha constante y cotidiana
con nuestras cotidianas soledades ,
con nuestra propia forma de encontrarnos verdades.
Pero aún la tormenta se cansa de corrernos.
No falta tanto tiempo para la primavera.

*

Ya vez que la alegría a vuelto.
Después de todo no existen las respuestas de la Filosofía,
sino que el mismo día en sí se desenvuelve
y ora nos muestra el rostro, ora nos da la espalda.
¿Acaso eso no enseñan los gorriones?

Nosotros, la tristeza, el agua, la tormenta
somos más pasajeros de lo que parecemos.
Bosteza al horizonte, deja que el agua moje.
Afuera los gorriones hablan su antigua lengua.

Ya vez que la tristeza se quita cuando escuchas
la vieja melodía del ocaso silvestre.
Solo esa algarabía te quitará la pena.


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