miércoles, 27 de agosto de 2014

A veces, cuando sueño, tengo grandes ideas.
Anoche tuve un sueño del que sobrevive
una molesta sensación de haber tenido,
de haber dicho grandísimas palabras.

Pero ya no me acuerdo y duele mi cabeza
porque tengo un vacío y una espina
de la duda clavada en certidumbre
de haber tenido la corona entera.

Recuerdo que cuando despertaba tenía palabras
y tenía sentido. Había una armonía
entre la luz del sol y la penumbra
que se me ha perdido antes de recordarla.


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