domingo, 30 de marzo de 2014

Hoy llueve y es noche cerrada.
Y estoy lejos de Ítaca,
perdida o ignorada.
Es noche muy antigua,
como las luces de Santiago,
pero cercana al cielo que tenemos.

Corre sobre el cemento el agua,
mañana sera nuevo el aire
y en la tarde el sol sera rojizo cuando caiga.

Tal vez llueva hasta resignarnos
y apaguemos las luces
y durmamos, ausentes de penumbras,
mientras afuera el agua
construye efímeros océanos de cristal.
Y limpie la ciudad de su tristeza absurda.

Mañana será verde el día mejor
y habrá voces alegres.
Mañana seremos como Adán
y ellas serán Eva,
cuando llovió aquella vez primera
y el barro registró su asombro de museo.


Es un día de frío.  Lo sé porque es el viento  y el cariño del gato  las cosas que lo anuncian. Renovado y discreto este primer día  del oto...