Los muertos, esos también, escuchan.
Desde su oscura muerte,
desde la luz de luna o desde la penumbra
escuchan que tosemos.
Nos esperan.
Los muertos nos reclaman.
Los indios, los mal muertos,
todos los asesinados.
No tenemos vergüenza,
ni alcanza la poca que encontramos.
Los muertos nos reclaman lo que ya no podemos.
Esperan que digamos: "Lo lamento"
y no sirve de nada.
Los muertos están muertos,
y muchos eran inocentes.
martes, 24 de septiembre de 2013
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