miércoles, 17 de abril de 2013

Nothing gold can stay.
             Robert Frost

Nada dorado puede perdurar,
es cierto.

A través de los siglos,
cortinas de aguavientopiedra,
atraviesan intactas joyas de oro
hermosas y antiguas.
Pero en verdad valen el oro que las hizo?

No perdura el silencio
de los que callaron sabiendo el valor de su mudes.
Y no sobreviven las palabras de los que levantaron
ciudades de estrategias.
No perdura la carne de los que se han amado
desde antes de los primeros días.

Y los huesos que quedan son de los faraones
con su ambición eterna
y sus vendas de mirra y lino.

Lo dorado en esencia no perdura,
por que la eternidad es un instante.
Si aun vivieran los escarabajos
de los primeros días en el desierto,
sus colores ya no perdurarían.

Las golondrinas que vieron al poeta
ya no existen.
Hace siglos que volaron a oriente
y nunca mas volvieron.

Las estatuas no existen,
perdidas en el fondo de los mares,
arruinadas de barro entre los peces.

En el instante el mundo se reinventa.
Y encuentra el modo de permanecer.

Si mis huesos se cansan y envejecen,
si tus manos florecen y decaen,
si la vida que arrastras contra el viento
desmaya en el silencio de infinitos salones.
Nada dorado queda después de haber vivido.
Nada dorado se eterniza.


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